El presidente de la sección de seguridad del sindicato CSI-CSIF, Jesús Sánchez Cano, denunció en relación con el caso del vigilante de seguridad apuñalado en el centro de ocio de Rostrogordo en la madrugada del viernes al sábado pasado la “pasividad de la Consejería de Seguridad Ciudadana y la falta de medios que confluyen en la citada zona”.
Esta afirmación la hizo Sánchez en relación a las carencias que han registrado los vigilantes de Seguridad Privada en este centro, estando entre éstas algunas como la falta de iluminación, el mal funcionamiento o la inexistencia en algunos puntos de cámaras de vigilancia.
Asimismo, estos problemas, que, a juicio de Sánchez, “se vienen registrando desde hace tiempo y en varios lugares de la ciudad como el Parque Hernández, el Monte María Cristina o las inmediaciones del Centro Penitenciario”, se unen a la falta de personal que se dispone en los lugares de trabajo, ya que “un vigilante está encargado de velar por la seguridad de un perímetro que anteriormente estaba destinado a dos vigilantes se servicios generales”.
Reincidencias
Por otra parte, Sánchez Cano insistió en que los vigilantes de seguridad habían dado parte en varias ocasiones de las deficiencias y de las mermas que se podían registrar en el centro anteriormente mencionado ya que se habían realizado diversos informes, algunos de ellos suscritos por el vigilante agredido, en “los que se hacía constar expresamente que el trabajador no podía asegurar la seguridad en el recinto”, precisamente, tal y como manifestó Sánchez Cano, “por falta de medios materiales”.
De otro modo, el responsable de seguridad de CSI-CSIF comentó que habría un antes y un después de este “lamentable hecho”, puesto que si, según afirmó Sánchez Cano “ no habría que lamentar este tipo de situaciones si los responsables políticos destinasen los presupuestos a cuestiones importantes para salvaguardar la vida de los melillenses en vez de adquirir más vehículos para la Policía Local o llevar a cabo otras actuaciones diferentes”, informó.
Sánchez Cano finalizó diciendo que este hecho marca el inicio de una serie de actuaciones en las que se “depurarán responsabilidades en estos casos, ya que una vida humana vale más que un coche nuevo destinado a la vigilancia de las calles de la ciudad, porque los coches-patrulla no están en tan malas condiciones”.
Asimismo, estos problemas, que, a juicio de Sánchez, “se vienen registrando desde hace tiempo y en varios lugares de la ciudad como el Parque Hernández, el Monte María Cristina o las inmediaciones del Centro Penitenciario”, se unen a la falta de personal que se dispone en los lugares de trabajo, ya que “un vigilante está encargado de velar por la seguridad de un perímetro que anteriormente estaba destinado a dos vigilantes se servicios generales”.
Reincidencias
Por otra parte, Sánchez Cano insistió en que los vigilantes de seguridad habían dado parte en varias ocasiones de las deficiencias y de las mermas que se podían registrar en el centro anteriormente mencionado ya que se habían realizado diversos informes, algunos de ellos suscritos por el vigilante agredido, en “los que se hacía constar expresamente que el trabajador no podía asegurar la seguridad en el recinto”, precisamente, tal y como manifestó Sánchez Cano, “por falta de medios materiales”.
De otro modo, el responsable de seguridad de CSI-CSIF comentó que habría un antes y un después de este “lamentable hecho”, puesto que si, según afirmó Sánchez Cano “ no habría que lamentar este tipo de situaciones si los responsables políticos destinasen los presupuestos a cuestiones importantes para salvaguardar la vida de los melillenses en vez de adquirir más vehículos para la Policía Local o llevar a cabo otras actuaciones diferentes”, informó.
Sánchez Cano finalizó diciendo que este hecho marca el inicio de una serie de actuaciones en las que se “depurarán responsabilidades en estos casos, ya que una vida humana vale más que un coche nuevo destinado a la vigilancia de las calles de la ciudad, porque los coches-patrulla no están en tan malas condiciones”.
Responsabilidades políticas y estado de salud del vigilante
Sánchez Cano expuso que no importaba de quién es responsabilidad el que haya sido apuñalado un vigilante de Seguridad Privada, pero que “si se produce otro episodio de esta índole, se tomarán una serie de decisiones importantes”.
De esta forma, tal y como comentó Sánchez Cano, el hecho ya estaba denunciado y si se diesen nuevamente lesiones o agresiones a uno de los trabajadores, se denunciaría otra vez, y que “le daba igual que fuese el presidente, el consejero de Seguridad Ciudadana o el de Deportes el que se sentase en el banquillo”.
En otro sentido, el vigilante agredido se encuentra actualmente convaleciente, con cuatro puntos de sutura y una herida de dos centímetros de longitud que “le hubiese supuesto la muerte si la trayectoria del arma hubiese sido hacia arriba”, explicó.
Sánchez Cano finalizó diciendo que “lo más grave es el estado anímico del vigilante que tendrá que incorporarse en breve a su puesto de trabajo”.